Desde hace años, la natación ha sido considerada, por médicos como un deporte beneficioso y curativo para la columna vertebral.
Claro está que la práctica de actividades acuáticas tiene numerosos beneficios, pero es muy frecuente encontrar un equivocado convencimiento de que la natación está previniendo la aparición de desviaciones en la columna vertebral (escoliosis e hipercifosis dorsal).
La natación desarrolla la musculatura paravertebral, mejora la flexibilidad y desarrolla el sistema cardiorrespiratorio, pero no hay estudios que demuestren que influya en la prevención, aparición o agravamiento de una escoliosis. La natación es un buen complemento al tratamiento fisioterápico y ortopédico en cuanto al desarrollo muscular, pero no se puede entender como la solución a estos problemas de columna vertebral.
Muchas personas que acuden a las piscinas con dolores de espalda, les desaparecen con la práctica de actividades acuáticas, debido al trabajo de grupos musculares hipotónicos. Esto se debe a que el agua es 774 veces más densa que el aire, y el movimiento realizado en el agua exige de una mayor activación y esfuerzo de la musculatura.
A modo de resumen, la natación no hace desaparecer la escoliosis, aunque es una buena actividad física complementaria al tratamiento fisioterápico.
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