Diversas evidencias epidemiológicas han demostrado que existe un incremento del riesgo de hernia discal en aquellas personas que realizan trabajos en sedentación. En esta posición hay un aumento de la presión intradiscal respecto a la bipedestación, se incrementa el estrés en la pared posterior del anillo fibroso y los ligamentos posteriores reducen su resistencia a la flexión.
Los sujetos que pasan la mitad de su jornada laboral sentados tienes tres veces más riesgo de sufrir una hernia discal.
Por ello tenemos que tomar conciencia de la importancia que tiene para nuestra columna vertebral adoptar una posición de sedentación correcta.
La mala sedentación queda explicada en algunos casos por la cortedad isquiosural. La musculatura isquiosural está formada por bíceps femoral, semimembranoso y semitendinoso. Dicha cortedad debe ser atendida y evitada con buenos estiramientos.
La cortedad isquiosural se produce por la naturaleza del tejido, es muy denso. Tiene una alta prevalencia, sobre todo en niños.
La posición de sedentación correcta es aquella que respete las curvaturas fisiológicas del raquis. El asiento, fundamental que tenga un respaldo que no sobrepase los 2/3 de la longitud del muslo. La altura de la silla no debe ser superior al ángulo inferior de las escápulas. La zona lumbar debe estar empujada por el asiento, para mantener la lordosis fisiológica. La cadera debe estar en ángulo recto, apoyando los pies en el suelo con las rodillas a 90º. El ángulo entre el tronco y el muslo debe oscilar entre 105º y 115º.
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